sábado, 5 de febrero de 2011

El camino del encuentro-Jorge Bucay


                           
          LA PARÁBOLA DEL CARRUAJE II       


            Integrados como un todo, mi carruaje, los caballos, el cochero y yo (como me enseñaron a llamarme pasajero), recorrimos con cierto trabajo el primer tramo del camino. A medida que avanzaba cambiaba el entorno: por momentos árido y desolado, por momentos florido y confortante, cambiaban las condiciones climáticas y el grado de dificultad del sendero: a veces suave y llano, otras áspero y empinado, otras resbaladizo y en pendiente, cambiaban, por fin, mis condiciones anímicas: aquí sereno y optimista, antes triste y cansado, mas allá fastidioso y enojado.
            Ahora, al final de este tramo, siento que en realidad los únicos cambios importantes eran estos últimos, los internos, como si los de afuera dependieran de éstos o simplemente no existieran.
            Detenido por un momento a contemplar las huellas dejadas atrás, me siento satisfecho orgulloso, para bien y para mal, mis triunfos y mis frustraciones me pertenecen.
            Sé que una nueva etapa me espera, pero no ignoro que podría dejar que me esperara para siempre sin siquiera sentirme un poco culpable. Nada me obliga a seguir adelante, nada que no sea mi propio deseo de hacerlo.
            Miro hacia delante. El sendero me resulta atractivamente invitante. Desde el comienzo veo que el trayecto está lleno de colores infinitos y formas nuevas que despiertan mi curiosidad.
            Mi intuición me dice que también debe estar lleno de peligros y dificultades pero eso no me frena, ya sé que cuento con todos mis recursos y que con ellos será suficiente para enfrentar cada peligro y traspasar cada dificultad. Por otra parte, he aprendido definitivamente que soy vulnerable, pero no frágil.
            Sumido en un diálogo interno, casi ni me doy cuenta de que he empezado a recorrerlo.
            Disfruto mansamente del paisaje ... y él, se diría, disfruta de mi paso, a juzgar por su decisión de volverse a cada instante más hermoso.
            De pronto, a mi izquierda, por un sendero paralelo al que recorro, percibo una sombra que se mueve por detrás de unos matorrales.
            Presto atención. Mas adelante, en un claro, veo que es otro carruaje que por su camino avanza en mi misma dirección.
            Me sobresalta su belleza: la madera oscura, los bronces brillantes, las ruedas majestuosas, la suavidad de sus formas torneadas y armónicas ...
            Me doy cuenta de que estoy deslumbrado.
            Le pido al cochero que acelere la marcha para ponernos a la par. Los caballos corcovean y desatan el trote. Sin que nadie lo indique, ellos solo van acercando el carruaje al borde izquierdo como para acortar distancias.
            El carruaje vecino también es tirado por dos caballos y también tiene un cochero llevando las riendas. Sus caballos y los míos acompasan sus trotes espontáneamente, como si fueran una sola cuadrilla. Los cocheros parecen haber encontrado un buen momento para descansar porque ambos acaban de acomodarse en el pescante y con la mirada perdida sostienen relajadamente las riendas dejando que el camino nos lleve.
            Estoy tan encantado con la situación que solamente un largo rato después descubro que el otro carruaje también lleva un pasajero.”

Así comienza este viaje  el segundo libro de cuatro que conforman esta serie de libros. Lo he leído hace más de un mes pero aun no había tenido ganas  de escribir mi opinión hasta ahora de este volumen.
En El camino del encuentro, Jorge Bucay nos muestra un camino polémico, audaz, seguramente arriesgado: el descubrimiento del otro, del amor y del sexo. A lo largo de sus inteligentes y provocadores comentarios, nos lleva de la risa a la reflexión mientras nos muestra la ruta del encuentro. Debo admitir que me gusto. El estilo sigue siendo sencillo de asimilar para cualquier tipo de lector.  Sin dejar de lado ningún tema por ser “políticamente incorrecto”.    
Pero también la Convivencia, acuerdos, atracción, confianza, contacto, son algunos de los hitos de este trayecto a través del cual, lúcido y provocativo, el autor desarrolla los distintos conceptos de naturaleza humana; desmitifica las creencias más arriesgadas sobre el amor y el sexo en nuestra cultura; estudia las relaciones familiares (los hijos, los hermanos, la familia política) y hace hincapié en la pareja, el enamoramiento y el matrimonio. Bucay, como siempre, nos invita a entrar en el universo de sus ideas, obligándonos a repensar las propias y desafiando nuestro desacuerdo.
Comienza con un análisis de la concepción de las relaciones entre los hombres desde un punto de vista filosófico en el hom­bre: na­tu­ra­le­za so­li­ta­ria o vi­da so­cial”. Exponiendo las diferentes ideas que han aparecido desde fi­na­les del si­glo XVI con  Mon­taig­ne hasta llegar al siglo XX a través  de  Freud, pasando por ejemplo por He­gel, Kant  o Rous­seau.
Visión que me pareció mas que interesante para entendernos como individuo y ser sociable. Se que a muchas personas que han leído el libro esta parte le resulto engorrosa y puede ser salteada sin modificar el contenido central del libro.
Otro capitulo que quiero destacar por su franqueza es el que se refiere a la sexualidad. Nos habla con los términos coloquiales que podemos utilizar con nuestros amigos para hablar sobre sexo.
Diferenciando entre coger,  touch and go y hacer el amor. Sin desprestigiar la valides de cualquiera de estas posturas en la cama (bueno no solo en la cama, también en el baño o la playa).
 La conquista del segundo tramo de esta ruta culmina con el encuentro definitivo de nuestra capacidad de amar al otro...Hemos llegado a la mitad de la ruta trazada. Dos caminos nos faltan hasta la cima. El Primero nos aguarda aquí nomás, es el camino de las lágrimas. Todos alguna ves hemos  perdimos algo que hemos querido mucho y nos cuesta dejar atrás. El último deberá esperar su turno en un nuevo análisis. Aunque yo ya  lo leí.  Luego de transitar estos tres caminos según el autor, llegara el último y mas anhelados  de los caminos: el camino de la felicidad.      


9-12


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